Cuando uno está en su casa, se siente a gusto, feliz, relajado y se muestra tal como es, por eso en el cole estamos igual de a gusto que en nuestra casa. Nadie deja de estarlo por ser diferente, eso es lo bonito de esta familia. Cada uno tenemos diferentes talentos, formas diferentes de hablar o de color, distintas capacidades o diferentes formas de relacionarnos, pero al estar juntos, formamos un gran equipo.
Si queremos hacer que el mundo sea un poquito mejor, no sólo basta con hacer las cosas bien y disfrutar de las cosas bonitas que nos pasen; también es muy importante que estemos atentos a los demás.
Del mismo modo ocurre en nuestras casas, con nuestras familias, nos ayudamos, SOMOS LUZ, apoyo, guía según qué momentos o circunstancias.
Así fue, Marcelino FUÉ LUZ para Montagne y el joven Montagne para él.
Y así lo hemos celebrado en el colegio, hermanados como una gran familia.